UN VIEJO DE ÑEQUE
(Narración Otuzcana)
En las décadas de 1920 al 1940, don
Nicolas Araujo fue el único talabartero en el ciudad de Otuzco, era alto,
blanco, mas delgado que grueso, sus contemporáneos le pusieron de apodo “coche
Nicolas”, hacia los frenos y bridas, las monturas y estribos con adornos de
plata que lucían los cabellos de paso, también foetes y bastones con
empuñaduras de plata, fue el único pierolista de Otuzco, caminaba por las
calles moviendo en su mano un foete.
Los recreos de los escolares de ese
entonces desataba la fuga para ir a las calles a jugar, las chapas, las bolas,
aceros, chanos, ñuñas al “coshco”, coleccionando las “tiranchas” para ser el
ganador, emitiéndose frases disonantes y de mal gusto, se acaloraba mas el
ambiente al sumarse la competencia de los trompos de rompe y raja, no faltaba
los muchachos mas fuertes, insolentes y pendencieros que al grito de “la patria
es pobre”, barrían todo lo que encontraban.
Hasta 1929 guardaban el orden publico
los gendarmes “los azules”, con quepis afrancesados, polainas negras, y portando
un largo sable. Los custodios del orden, ni los profesores pudieron cortar las
palomilladas de los muchacho descritos anteriormente, Don Nicolas Araujo que
recorría las calles otuzcanas por las mañanas o por las tardes, si encontraba
una niña que se había hecho la vaca, la sermoneaba, llevándola a su casa le
decía que la próxima vez “le haría probar su chocolate” si era un niño lo cogía
del cuellos , y si no saludo, o no le dio la vereda le enseñaba las reglas de
urbanidad y cortesía, luego le preguntaba que estaba haciendo en la calle en
hora de clase, si el niño le decía la verdad, lo felicitaba y acompañaba a la
escuela; pero si constataba que le estaba mintiendo o si lo encontró jugando en
la calle le daba un sendo foetazo para que no se olvide del “coche Nicolas” y
nunca de su “chocolate”.
Se hizo tan popular que cuando los niño
no querían hacer un trabajo o no querían comer, los padres les decían: “Ahora
llamamos al coche Nicolas”.
1 comentarios:
don Nicolas Araujo, un ejemplo para todos nosotros
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